CUBA, LA NEGACIÓN DEL TERROR EN EL GOBIERNO DE TOTANA
Algunos vimos, atónitos, el desarrollo del pleno en la ciudad de Totana. Allí, entre presupuestos de la ciudad, se debatían algunas mociones y temas referentes a la más rigurosa actualidad. Cuba era uno de los temas centrales y puesto que la obra que estoy desarrollando y que ocupa la mayor parte de mi tiempo libre, hacía referencia en uno de sus capítulos a la Atlántida Castrista, no pude sino detenerme para estar informado de cuáles eran las opiniones de aquellos dirigentes que me gobiernan respecto al tema. He de advertir, que no eran muchas las expectativas que me había formulado al respecto, puesto que por todos es sabido el reconocimiento de IU totanera como un partido abiertamente comunista, algo que también ha reconocido a nivel nacional su propia formación inmersa en el conglomerado, un tanto extraño, que aglutina Unidas Podemos. Si bien, esta última quiso esconder las cartas de sus mezquinas intenciones hasta que consiguió llegar al gobierno del país, para una vez alcanzado, intentar imponer una y cada una de las medidas que han sufrido todos los países bajo el comunismo más rancio que se recuerda.
Negar el terror no os convierte en observadores pasivos, sino en cómplices de las abominables actuaciones del régimen cubano
Confundir los conceptos en cuanto a la condena, no hace sino reafirmar mis sospechas de que ustedes arrancan aquellas páginas de los libros que contrarían sus erróneas opiniones o, directamente, ni las leen. A estas alturas, confundir embargo con bloqueo es propio de ciudadanos desinformados que solo repiten mantras hasta la saciedad, sin necesidad de comprobar ni una sola de sus afirmaciones, pero absolutamente impropio de un equipo de gobierno que ejerce el poder en una ciudad y debería ser ducho en la utilización de determinadas terminologías, más aún si las condenan en nombre de una ciudad entera. Puestos a hacer el ridículo, les pediría encarecidamente que lo hagan en su nombre y no en el de todas las buenas gentes afincadas en Totana. Para todas aquellas personas que no conocen la diferencia, déjenme explicarles que bloqueo implica la utilización de la violencia o la amenaza de ella por parte del ejército, con el fin de impedir la entrada y salida de cualquier tipo de bien o servicio proceda del país que proceda, su significado sería comparable a un aislamiento total de un determinado territorio o país; por su parte, embargo es cuando una nación decide, políticamente, no comerciar con un determinado país por una serie de circunstancias determinadas.
Como liberal reconocido no puedo estar a favor de ningún tipo de embargo y mucho menos bloqueo de un territorio, con más motivo si este dura ya unos 60 años. Ahora bien, lo que no se puede obviar son los motivos por los que fue llevado a cabo, sobre todo el del año 1960, que no fue por otras causas que la expropiación de negocios, tierras y viviendas a ciudadanos de procedencia estadounidense (también española) a la fuerza y con violencia, sin derecho a unas indemnizaciones correspondientes, afirmación fundamentada en los acontecimientos históricos y en las casi seis mil demandas que hay interpuestas en los tribunales norteamericanos por dichas expropiaciones. En este punto del artículo, es necesario afirmar, como hacía Locke, que uno de los derechos fundamentales del ser humano, además de la vida es el de la propiedad, como fruto de los esfuerzos de las personas o de sus allegados, como estandarte del mérito y no del dedo que tanto se utiliza en los regímenes comunistas.
Tener acuerdos comerciales con más de 90 países, entre los que se encuentra todo el mercado asiático con lo que eso supone ―miren las etiquetas y orígenes de los productos y díganme cuántos pertenecen a Estados Unidos y cuántos a China y los principales exportadores del mercado asiático―, y se verá la imposibilidad, según el régimen y sus defensores, de poder contar con los principales bienes que disponemos en otros países. No obstante, uno de los 10 que más exporta a Cuba es el país que se supone los tiene “bloqueados”, y España también ocupa un puesto notorio en las transacciones comerciales con la Isla.
En aquellos años, y si bien pudo estar justificada la revolución para derrocar al tirano Batista, esta hubiese sido casi plausible si le hubiese devuelto el poder al pueblo con unas elecciones democráticas decentes y con la amplitud de miras de distintos partidos políticos. Pero el hecho es que no fue así y, como antes pasó en la Unión Soviética y en China, el régimen sanguinario terminaría condenando a uno de los países con mejor futuro de la época a la más absoluta de las miserias ―hay que recordar que la renta per cápita de los cubanos era superior a la de España, una de las mejores de toda América y solo comparable a la de países como Italia―, matará y encarcelará gente, sin escrúpulos y sin motivos justificados, y aislará de cualquier tipo de información a los habitantes de la isla, incluso impedirá la entrada al país de aquellos que quisieron buscar un futuro mejor. Entre otra mucha gente, la extraordinaria Celia Cruz no pudo asistir al entierro de su madre para despedirse con dignidad de quien la había otorgado la vida.
Resulta un tanto curioso ver cómo los comunistas de Totana defienden el régimen, mientras los exiliados cubanos en Totana lo condenan
A mi juicio, no es entendible cómo se puede obviar a gente que ha estado durante muchos años amenazada por posicionarse en contra del abominable régimen, que se decida a manifestarse sabiendo las consecuencias que este
hecho acarreará para su vida y la de sus seres queridos (encarcelación hasta 10 años, aniquilación de los pocos bienes que poseen, censura en la vida social, torturas…) y los cómodos comunistas españoles, que nunca pasaron necesidad ni miedo para expresar sus ideas ―habría que remontarse para ello más de 40 años, durante la deleznable dictadura franquista―, defienden a aquellos que los machacan.
Usted, mi querido gobierno, hace bueno el dicho: “solo se puede ser comunista si nunca lo has padecido o si eres miembro del régimen” o, como deja claro la famosa frase de Ronald Reagan, “un comunista es alguien que ha leído a Marx. Un anticomunista es alguien que ha entendido a Marx”.
Pero más allá de las famosas frases y los tópicos, los años de estudio sobre el tema y la obra que estoy escribiendo lo merecen, déjenme ustedes que les diga, a mi juicio, cuales son los motivos que los llevan a abrazar las nihilistas razones comunistas, incluso, cerrando los ojos ante la barbarie y el dolor de un pueblo amigo.
A mi juicio solo se puede ser comunista:
- Si los fundamentos que nos llevan a la acción son los propios de la obra El Príncipe, de Maquiavelo: “El fin justifica los medios”. Esta afirmación es tanto como justificar los cientos de atrocidades que ha sufrido la humanidad en beneficio de un supuesto bien que nunca se alcanzó. La mayoría de dictadores se basan en esta máxima, incluido el holocausto nazi, ante el que ustedes nunca cerraron sus ojos, ya que también lo hicieron en la Unión Soviética de su magnánimo Lenin y el sanguinario Stalin, o con el del “Gran salto adelante de Mao” …
- Si solo se tienen en cuenta las intenciones desligando estas de los resultados que provocan. Imagínense ustedes que un médico que elabora un determinado medicamento se obcecase en administrarlo a sus pacientes a pesar de que este tiene como resultado la muerte de los mismos, ya sea instantánea o dilatada en el tiempo. Justificar las acciones por su intención es tanto como aseverar que el ladrón tiene justificación si su intención era bondadosa, para que su familia viva mejor sin necesidad de esforzarse, o justificar un incendio forestal por la buena intención del agricultor que quería despejar las lindes y cunetas. Puede que el comunismo esté basado en unas pretensiones de mejora para el ser humano, pero son innumerables sus errores y sus resultados siempre nefastos, ¿cómo es posible que no haya funcionado en ninguno de los países en los que se ha instaurado?
- Si le damos más valor a la utopía que a la realidad, al sueño que a la vigilia. En este punto, me llama poderosamente la atención cómo ustedes justifican su falta de acción en el pueblo por causa de falta de recursos económicos y de la gran deuda existente, que achacan a gobiernos de hace varias legislaturas. Aquí, mi querido gobierno, sí entienden que una cosa es el deseo de hacer la utopía y otra muy distinta la realidad. Sin embargo, no proceden de la misma manera cuando hablan de articular la sociedad y menos de países extranjeros. Es absolutamente indignante la afirmación del concejal de urbanismo, aseverando taxativamente que: “Cuba no es una dictadura”.
Me gustaría que el señor concejal, muy extenso en titulaciones, premios o becas, muy acaudalado en sus trabajos de auxiliar, explicara qué tipo de gobierno, a su parecer, es el que existe en Cuba (creo que el ridículo que pudiera hacer ante tal proyecto sería de proporciones mayúsculas).
- Si no hemos estudiado a fondo ninguno de los países en los que se ha instaurado. Opino que este es el proceder del anteriormente citado concejal y la mayoría del equipo de gobierno. Don Pedro ha estado tan ocupado en el estudio y planificación arquitectónica, que ha descuidado este pequeño detalle. Además, no dudo que sea buena gente ―no lo conozco―, pero sí es bastante ducho en el arte de poner etiquetas inmerecidas a los ciudadanos del lugar al que debe su labor. Por cierto, en vez de llamar paletos a los ciudadanos de su pueblo, tanto si es en el primer sentido de la RAE ―parece que usted tuviera sus orígenes en la capital de España―, como en el resto, y debido a los motivos anteriormente dados, corre usted el peligro de acercarse más al calificativo ofrecido que aquellos a los que otorga el mismo, podría usted dedicarse a terminar con las modificaciones del Plan General de Ordenación Urbana, porque no sé si se ha dado cuenta, pero hace demasiados años que no se mueve un solo ladrillo en la ciudad y lo están pagando, y de qué manera, sus ciudadanos. Tienen proyectos paralizados, los alquileres y compras de viviendas están disparados,
Para terminar, me gustaría que este equipo de gobierno mirara a los ojos a los cubanos que se están jugando la vida protestando contra la maldad del régimen, y les dijeran, basándose en los sueldos medios que hay en Cuba ―entre 5 y 28 euros mensuales― que, gracias a sus ideas, han pasado de tener salarios superiores a los de España a los que hoy en día nuestro alcalde reciba en un mes el equivalente a más de 700 meses de salario de un cubano medio, es decir, toda una vida. O que el gran concejal perciba más de 200 meses de salario de un habitante de la isla. También dejar claro que, si en España tuviéramos las condiciones que hay en Cuba, ¿dónde estaría un partido como IU, que más que a gobernar, siempre se dedicó a criticar a los gobiernos imperantes en España? O en qué lugar quedaría el que os habla después de escribir un artículo como el que acaban de leer. Posiblemente todos muertos o encerrados.
¡Dejen de mirarse el ombligo y miren el sufrimiento del pueblo cubano!
J. Nortes, filósofo.